La noche del jueves se convirtió en un escenario de luto y descontrol en la Clínica Bupa, ubicada en la comuna de La Florida, donde fueron trasladadas las víctimas de un trágico incidente ocurrido en las inmediaciones del Estadio Monumental. La tensión en el ambiente se palpaba en el aire tras la confirmación de los fallecimientos de un joven de 13 años y una joven de 18, quienes perdieron la vida en circunstancias confusas durante un procedimiento policial previo al partido de fútbol que enfrentaría a Colo Colo contra Fortaleza. Los familiares de las víctimas llegaron en un gran número al centro médico, clamando por respuestas y claridad sobre lo ocurrido en una noche que se tornó oscura para muchos.
A medida que avanzaba la noche, la situación se tornó cada vez más caótica. Los familiares y amigos de los fallecidos se reunieron en las afueras de la clínica, y las emociones desbordaron cuando la desesperación se transformó en enfrentamientos con las Fuerzas Especiales de Carabineros que se encontraban resguardando el lugar. La tensión escaló rápidamente tanto por la angustia de los presentes como por la fuerte presencia policial. Imágenes divulgadas a través de redes sociales mostraron escenas de violenta confrontación, donde se escuchaban gritos y se presenciaban empujones entre los manifestantes y los funcionarios de Carabineros.
Los enfrentamientos se intensificaron cuando los asistentes comenzaron a exigir justicia y respuestas respecto a la muerte de los jóvenes y la actuación de Carabineros. La indignación creció entre los familiares, quienes acusaban a la policía de ser responsables del incidente que les había arrebatado a sus seres queridos. En un contexto de confusión y grief, las Fuerzas Especiales desplegaron un fuerte operativo en la Clínica Bupa, con cerca de 40 policías presentes para controlar a la multitud que se manifestaba ante la frustración y el dolor compartido.
Las autoridades han comenzado a investigar lo sucedido, lo que ha llevado a la imputación de los dos funcionarios de Carabineros que estaban operando el carro lanza gases, conocido como «zorrillo», involucrado en el trágico episodio. Las imágenes y testimonios están siendo recabados para aclarar las circunstancias que llevaron a este fatal desenlace, algo que las familias de las víctimas consideran fundamental para lograr justicia. Mientras tanto, la presión sobre las fuerzas de seguridad aumenta a medida que se suceden las demandas de esclarecimiento por parte de la comunidad.
Este lamentable suceso no solo ha sacudido a la comunidad de La Florida, sino que ha encendido un debate más amplio sobre el uso de la fuerza policial en el control de multitudes y la necesidad de protocolos más claros que protejan la vida de los ciudadanos. La noche del jueves se recordará no sólo por la tragedia de las vidas perdidas, sino también por la impotencia y el clamor por justicia que resonó en las calles de Chile, en un momento en que las tensiones sociales siguen presentes. La comunidad espera respuestas satisfactorias y la garantía de que episodios como este no se repetirán en el futuro.
