Desde el año 2024, Bolivia y Chile han dado un paso significativo hacia la cooperación bilateral a través de una «Agenda Positiva» que busca abordar asuntos cruciales relacionados con los recursos hídricos transfronterizos. Esta iniciativa incluye una visita conjunta programada a los ríos Silala y Lauca, así como a otras fuentes de agua que cruzan la frontera entre ambos países. El vicecanciller boliviano, Elmer Catarina, anunció que dicha visita se llevará a cabo con la participación de equipos técnicos de ambos gobiernos, marcando un cambio en la dinámica de diálogo que no se había visto desde 2010. Además, se espera que un memorándum de entendimiento formalice estos acuerdos y establezca una hoja de ruta para futuras colaboraciones.
Catarina destacó la importancia de realizar un análisis detallado de los flujos de agua en estas regiones, indicando que tanto Bolivia como Chile carecen de datos precisos respecto a los caudales y las condiciones actuales de los bofedales. La necesidad de este análisis se vuelve más urgente en el contexto de estudios recientes que han señalado una posible crisis hídrica en el área. La declaración del vicecanciller subraya que, sin importar los cambios de gobierno, esta hoja de ruta debe ser respetada, lo que refleja un compromiso a largo plazo en la gestión de recursos compartidos.
Además de los ríos, la «Agenda Positiva» contempla la inspección y mantenimiento de los hitos fronterizos, un aspecto que no había sido abordado desde 2010 debido a la falta de diálogo entre las naciones. Catarina mencionó que esta inspección se hace necesaria para entender mejor la situación de la frontera y para asegurarse de que ambos países cumplan con los acuerdos establecidos en sus tratados. La próxima reunión entre los equipos técnicos se enfocará en priorizar cuáles hitos requieren atención inmediata, lo que podría abrir nuevas líneas de comunicación y cooperación entre Bolivia y Chile.
En términos económicos, ambos países también han logrado avances significativos, destacando la profundización del Acuerdo de Complementación Económica, ACE-22. Este acuerdo no solo facilitará el intercambio de productos como carne vacuna, leche, vinos, orégano y chía, sino que también representa un momento histórico en la colaboración económica. Como ejemplo de estos avances, el reciente vuelo inaugural de Boliviana de Aviación (BoA) desde Santa Cruz a Iquique y Santiago se erige como un símbolo del potencial que tienen las dos naciones para fomentar el comercio y el turismo.
La «Agenda Positiva» simboliza un nuevo capítulo en las relaciones boliviano-chilenas, donde la cooperación en asuntos hídricos y económicos es clave para abordar desafíos comunes. Esta iniciativa no solo refleja un profundo entendimiento sobre la interdependencia de los recursos naturales, sino que también presenta una oportunidad para construir puentes y promover un desarrollo sostenible en la región. A medida que se avanza hacia la implementación de estas iniciativas, los ojos de ambos países estarán atentos a los resultados que se deriven de este renovado esfuerzo diplomático.
