La reciente fuga del interno Amílcar Olivares Cárdenas desde el penal Colina II ha generado una ola de preocupación en la Gendarmería de Chile, llevando a la institución a implementar medidas drásticas para abordar las serias fallas de seguridad que permitieron este hecho. Según reporta ADN Radio, el director nacional de Gendarmería, coronel Rubén Pérez, ha confirmado la suspensión de seis funcionarios involucrados en la custodia del recinto, de los cuales cinco han sido desvinculados tras un sumario interno que evidenció «una cadena de fallas garrafales e injustificadas» en los procedimientos de seguridad.
El coronel Pérez ha detallado que la decisión de suspender a estos funcionarios fue tomada en las 24 horas posteriores a la fuga, destacando que entre los funcionarios separados de sus cargos se encuentran dos oficiales y el jefe de unidad del penal. Esta medida refleja la gravedad de la situación y el compromiso de la Gendarmería por mantener la seguridad en sus recintos penitenciarios. «Estamos haciendo uso de la facultad de llamar a retiro cuando existen antecedentes suficientes para garantizar la integridad de nuestros procesos», afirmó Pérez.
El ministro de Justicia, Luis Cordero, también se ha pronunciado sobre este «episodio lamentable», enfatizando la importancia de investigar exhaustivamente las circunstancias que llevaron a la fuga de Olivares. El funcionario explicó que el reo logró burlar los distintos controles de seguridad del penal, un hecho alarmante que ha puesto en entredicho los protocolos de seguridad vigentes. Además, Cordero ha indicado que «no se descarta ninguna línea investigativa» para establecer las responsabilidades correspondientes entre el personal de Gendarmería.
La fuga de Olivares, un interno que se encontraba en prisión preventiva por robo con intimidación y que contaba con antecedentes de escape desde 2009, ocurrió el pasado domingo. Su recaptura, que se produjo de manera fortuita en la comuna de Lo Espejo, se dio gracias a un control preventivo realizado por Carabineros, quienes lograron identificarlo pese a que intentó usar un nombre falso para evadir su arresto. Este suceso ha generado un gran revuelo mediático y ha llevado a un análisis más profundo de las condiciones de seguridad en los centros penitenciarios.
Las repercusiones de este incidente se extienden más allá de la Gendarmería, generando un debate sobre el estado del sistema penitenciario en Chile y la eficacia de las medidas de seguridad implementadas. La comunidad está a la espera de resultados claros de la investigación en curso, mientras que las autoridades buscan restablecer la confianza en la capacidad del sistema penitenciario para manejar la situación de los internos de manera segura y efectiva. Este caso podría ser un catalizador para reformas necesarias en las políticas de seguridad del país.













