La transformación demográfica en Chile ha alcanzado niveles que ya no pueden ser ignorados por el mercado laboral. El último Censo de 2024 ha revelado una tendencia alarmante en la reducción de la natalidad, mostrando que el porcentaje de mujeres entre 15 y 49 años que tienen hijos ha caído del 70,7% en 1992 a solo 56,6% en la actualidad. Este descenso en la tasa de natalidad, combinado con un aumento en la expectativa de vida, está repercutiendo directamente en la disponibilidad de talento joven, lo que plantea serios desafíos para la economía y el mercado laboral del país. Las organizaciones se enfrentan a la urgencia de adaptar sus políticas y estrategias de gestión de recursos humanos a esta nueva realidad demográfica.
En este contexto, Catalina Pardo Apparcel, Gerente de Recursos Humanos y Administración de Apparcel Uriarte Abogados, ha hecho un llamado a la acción, advirtiendo que las empresas deben reevaluar cómo gestionan su capital humano, especialmente en lo que respecta a los trabajadores mayores de 50 años. Según Pardo, aún persiste una visión anticuada que margina a este grupo, pese a que cuentan con una amplia experiencia y habilidades que pueden ser altamente valiosas. «Es injusto y una oportunidad perdida dejar de lado a los trabajadores senior», afirma la ejecutiva, subrayando la necesidad de un cambio de mentalidad dentro de las organizaciones chilenas.
La proyección de aumento en la población mayor de 60 años, que se espera crezca en más de un 70% entre 2015 y 2050, refuerza el argumento de Catalina Pardo. Actualmente, más del 20% de la fuerza laboral en Chile está compuesta por personas mayores de 50 años. Sin embargo, un estudio del programa Talento Senior revela que un 45% de los buscadores de empleo en este grupo de edad considera que la edad es la principal barrera para su reinserción laboral. Este dato es preocupante y pone de manifiesto la necesidad de modificar las percepciones y políticas laborales para hacer espacio a todos los talentos, independientemente de su edad.
Catalina Pardo enfatiza que en un mundo que enfrenta menos nacimientos y una mayor prolongación de la vida activa, el talento senior no es solo valioso, sino que se está convirtiendo en un recurso indispensable. En este sentido, la ejecutiva hace un llamamiento para que las empresas avancen en la creación de políticas corporativas y legales que incentiven la inclusión generacional y prevengan la discriminación por edad. Esto incluye la renovación de los procesos de reclutamiento, capacitación y retención, con el fin de integrar eficazmente a los trabajadores mayores de 50 años en el ecosistema laboral.
La diversidad generacional, según Pardo, no debe ser vista como una concesión, sino como una estrategia fundamental para el éxito de las organizaciones. La experiencia del talento senior no compite con la innovación de los más jóvenes, sino que la complementa y potencia. Con la transformación demográfica en marcha, es imperativo que las empresas reconozcan el valor de la colaboración intergeneracional, pues solo así podrán enfrentar los desafíos que presenta el futuro del trabajo en Chile y asegurar su competitividad en un entorno laboral cada vez más exigente.
