Cada mes de marzo, los conductores en el país se ven obligados a contratar el Seguro Obligatorio para Accidentes Personales (SOAP), un requisito que asegura protección en caso de accidentes de tránsito. Esta póliza es exigida por la Ley de Tránsito y su propósito principal es brindar cobertura a las personas afectadas por accidentes en los que participe el vehículo asegurado, incluyendo indemnizaciones por muerte y lesiones corporales. Sin embargo, a la hora de elegir una póliza, algunos conductores optan por las opciones más económicas, mientras que otros prefieren contribuir a las causas sociales a través de un ‘SOAP solidario’. Este último permite que una parte del pago vaya destinada a fundaciones u organizaciones que trabajan en beneficio de la comunidad.
La fecha límite para contratar el SOAP es el 31 de marzo de cada año, lo que lo convierte en un tema de interés para todos los automovilistas. La póliza se convierte en un requisito para poder renovar el permiso de circulación, junto con la necesidad de contar con una revisión técnica aprobada y no tener multas de tránsito pendientes. Lo interesante del SOAP es que, aunque su contenido y coberturas están determinados por la normativa legal, cada aseguradora puede ofrecer diferentes precios y beneficios adicionales, tales como descuentos especiales o donaciones a instituciones benéficas. Por lo tanto, los conductores pueden evaluar no solo el costo de la póliza, sino también el impacto que su contratación puede tener en la sociedad.
En los últimos años, han surgido diversas iniciativas que permiten a los automovilistas elegir un SOAP solidario, que destina parte de sus costos a organizaciones como Bomberos, Fundación Gantz y Hogar de Cristo. Estas fundaciones han trabajado arduamente para establecer alianzas con aseguradoras, facilitando que una proporción del monto de la póliza se convierta en aporte para sus causas. Por ejemplo, al adquirir el SOAP de la Fundación Gantz, los clientes pueden optar por hacer donaciones que varían de $3.000 a $10.000, mientras que con el Hogar de Cristo, $1.500 de cada póliza se destina directamente a los programas sociales de la fundación. Esta sinergia entre las aseguradoras y las organizaciones sociales no solo promueve la solidaridad, sino que también ofrece a los conductores una forma tangible de contribuir a la comunidad.
Otras fundaciones destacan por su enfoque solidario en la venta del SOAP. Coaniquem, que ofrece rehabilitación a niños con quemaduras, lanzó una campaña en colaboración con HDI Seguros, donde cada póliza adquirida respalda sus programas de atención. También la Fundación Arturo López Pérez, que trabaja con pacientes oncológicos, ofrece la opción de destinar un aporte al contratar el seguro con Seguros Sura. Estas campañas no solo ayudan a quienes más lo necesitan, sino que al mismo tiempo, sensibilizan a la población sobre la importancia de apoyar a los más vulnerables a través de acciones cotidianas como la adquisición de un SOAP.
Finalmente, el SOAP solidario contribuye a construir una sociedad más compasiva y solidaria, en una época en que es fundamental apoyar a los grupos desfavorecidos. Al contratar el SOAP, las personas no solo cumplen con un requisito legal, sino que también se convierten en parte activa de un cambio positivo. Cada donación, por pequeña que sea, tiene el potencial de generar un impacto significativo, por lo que es importante que los automovilistas evalúen estas opciones al momento de adquirir su seguro. Con diversas alternativas disponibles, desde apoyos a niños con necesidades especiales hasta ayuda a víctimas de desastres, el SOAP solidario se convierte en una herramienta poderosa para fomentar un país más justo y equitativo.
