En las redes sociales ha circulado la afirmación incorrecta de que la reciente ley que reduce la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales fue originalmente propuesta por el expresidente Sebastián Piñera, quien supuestamente la vio rechazada por sectores de izquierda en 2018. Sin embargo, un exhaustivo análisis realizado por el medio especializado Fast Check CL ha desmentido esta información, confirmando que la ley fue efectivamente promulgada en abril de 2023 y que su implementación se llevará a cabo de manera gradual, comenzando en 2024 con una reducción de una hora, seguida de dos horas adicionales en 2026 y finalizando en 2028 con una jornada laboral de 40 horas. El proyecto impulsado por Piñera, en contraste, proponía una flexibilización del trabajo, no una reducción.
Fast Check CL profundizó en el origen de las afirmaciones desmentidas y concluyó que se basan en una interpretación errónea de un discurso del exmandatario. Durante la promulgación de una ley relacionada con el retiro de cables en desuso, Piñera mencionó su propuesta de «flexibilidad laboral», que pretendía establecer un promedio de 41 horas semanales sin cambiar radicalmente la jornada laboral. Esta propuesta fue presentada al Senado en mayo de 2019 bajo el Boletín 12618-13, pero nunca llegó a votarse debido a que su tramitación se estancó en la Comisión de Trabajo y Previsión Social.
Por otro lado, la ley que actualmente reduce la jornada laboral a 40 horas tiene su verdadero origen en un proyecto presentado por diputadas del Partido Comunista en 2017. Este proyecto, registrado el 23 de marzo de ese año bajo el Boletín 11179-13, fue impulsado por figuras destacadas como Camila Vallejo y Karol Cariola. Desde el equipo de comunicación de Cariola confirmaron que es falso que esta iniciativa haya sido inspirada por el proyecto de Piñera, subrayando que su origen es plenamente distinto y se halla basado en la necesidad de una reducción de horas laborales.
El exdiputado Hugo Gutiérrez, uno de los firmantes del proyecto original, destacó que la iniciativa buscaba una reducción clara y directa de la jornada laboral, en un esfuerzo por mejorar la calidad de vida de los trabajadores chilenos. En el debate, el actual diputado UDI Guillermo Ramírez reconoció que durante la tramitación en el Senado se incorporaron ciertos elementos del plan de Piñera, particularmente en lo que respecta a la flexibilidad laboral. Sin embargo, para muchos, es crucial distinguir entre la naturaleza de ambos proyectos: el enfoque actual se centra en la reducción efectiva de la jornada, mientras que el de Piñera promovía una adaptabilidad sin alterar significativamente las horas de trabajo.
Con este contexto, es evidente que la divulgación de información errónea en redes sociales puede llevar a confusiones sobre la historia legislativa y los esfuerzos por mejorar las condiciones laborales en Chile. La ley de 40 horas se presenta como un avance significativo hacia el bienestar de los trabajadores, enmarca un debate necesario sobre la flexibilidad laboral y la jornada laboral justa, diferenciando claramente sus raíces de propuestas anteriores que no necesariamente aspiraban a la misma meta. Así, es vital que los ciudadanos accedan a información verificada, para comprender la evolución de las leyes laborales en el país.
