Gracias a un exhaustivo trabajo de fotomonitoreo con cámaras trampa en el Parque Nacional Chiloé, se ha logrado detectar la presencia del pudú, el ciervo más pequeño del mundo. Este avistamiento se dio entre enero y marzo de este año, y representa un hallazgo significativo para la conservación de esta especie en el área, que está administrada por la Corporación Nacional Forestal (CONAF). El pudú, que en Chile habita desde la Región del Maule hasta la Región del Biobío, tiene una población establecida también desde La Araucanía hasta la Región de Aysén, destacándose especialmente la existencia de ejemplares en Chiloé, lo que confiere al parque un carácter singular en la preservación de la fauna nativa.
El trabajo de fotomonitoreo no solo ha servido para confirmar la presencia del pudú, sino que también ha permitido registrar un notable número de zorros chilotes en la misma área protegida. Estos zorros, que son parte del rico ecosistema de Chiloé, han sido capturados en las imágenes de las cámaras trampa, lo que indica que el hábitat se encuentra en condiciones propicias para la fauna silvestre. Sin embargo, la aparición de perros en la zona de Papalguen ha generado preocupación, ya que estos animales representan una amenaza tanto para el pudú como para el zorro chilote, poniendo en riesgo la biodiversidad del parque.
Miguel Leiva Faúndez, director regional de Los Lagos, expresó su satisfacción al confirmar la presencia del pudú en el Parque Nacional Chiloé. «Estamos contentos de poder confirmar la existencia de esta especie, que es uno de los más importantes objetos de conservación en este área protegida», dijo Leiva, subrayando la importancia de seguir monitoreando y protegiendo tanto al pudú como al zorro chilote. Este tipo de hallazgos son cruciales para implementar estrategias de conservación efectivas y para fomentar la biodiversidad en la región.
El fotomonitoreo se realizó en diversos sectores del parque, incluyendo Río Lar, Anay, Cole-Cole y Abtao, Rancho Grande, Papalguen, Mellaico, Tierra Nueva y Chaiquín. Estas áreas son una representación significativa de los diferentes ecosistemas que coexisten en Chiloé, y cada uno de ellos es vital para el mantenimiento de la fauna y flora local. Las cámaras trampa han sido herramientas efectivas para obtener una visión más clara sobre la actividad y la distribución de estas especies en el parque, facilitando la investigación y el manejo de la conservación.
Con el avance del fotomonitoreo y el compromiso de entidades como CONAF, se espera que se continúen realizando esfuerzos significativos para preservar el hábitat del pudú y otras especies en el Parque Nacional Chiloé. La protección de estas especies no solo es crucial para el mantenimiento de la biodiversidad, sino que también potencia el atractivo turístico de la región, promoviendo un desarrollo sostenible que respete la riqueza natural de Chiloé. A medida que se obtienen más datos, se podrán tomar decisiones más informadas que beneficien tanto a la fauna silvestre como a las comunidades locales.
