Durante el mes de enero del presente año, se registraron un total de 12.827 nacimientos en el país, de los cuales el 51% corresponden a hombres y el 49% a mujeres. Esta cifra, según el Boletín Coyuntural de Estadísticas Vitales emitido por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), revela una caída del 9,8% en comparación con enero de 2024. El grupo de edad predominante entre las madres fue el de 30 a 34 años, que contabilizó el 29,6% de los nacimientos, equivalente a 3.799 bebés. Le sigue el grupo de madres de entre 25 y 29 años, con un 25,5% o 3.273 nacimientos.
Las estadísticas de matrimonios y Acuerdos de Unión Civil (AUC) también reflejan cambios significativos en la dinámica social del país. En enero se formalizaron 6.474 matrimonios, lo que representa un descenso del 2,6% en comparación con el mismo mes del año anterior. Por otro lado, los Acuerdos de Unión Civil alcanzaron un total de 1.498, marcando un aumento interanual del 30,3%. Un dato notable es que el 87,7% de estos acuerdos fueron entre parejas de distinto sexo, mientras que los acuerdos entre hombres se situaron en 4,7%, y los que involucraron a mujeres alcanzaron un 7,6%.
En relación a la mortalidad, enero presentó un conjunto de 10.194 defunciones, con un ligero aumento del 0,9% en comparación con el mismo mes del año pasado. De estas muertes, 5.211 correspondieron a hombres (51,1%) y 4.983 a mujeres (48,9%). La mayor concentración de defunciones se registró en el grupo de edad de 80 a 99 años, que absorbió un alarmante 40,7% del total, lo que equivale a 4.150 decesos. Además, las muertes infantiles menores de un año se situaron en 74, lo que representa un 0,7% del total.
Estas cifras reflejan no solo la realidad demográfica del país, sino también las tendencias sociales y la salud pública. La disminución en el número de nacimientos y matrimonios puede ser indicativa de cambios en la planificación familiar y en las preferencias sociales hacia el matrimonio y la formación de familias. Por otro lado, el aumento de AUC sugiere un reconocimiento y una aceptación creciente de las diversas formas de unión familiar, reflejando una mayor inclusión social.
En conclusión, los datos del primer mes del año revelan una compleja interacción entre el aumento de la longevidad y una tasa de natalidad en declive. Esto plantea desafíos significativos para las políticas públicas en áreas como la atención de la salud, la educación y el bienestar social. El Instituto Nacional de Estadísticas continuará monitoreando estas tendencias para ofrecer un panorama claro sobre la evolución demográfica del país y sus implicancias en la sociedad.














