El precandidato presidencial Marco Enríquez-Ominami, conocido como ME-O, ha puesto en el centro del debate político la reciente queja de Juan Pablo Swett, presidente de la Multigremial de Emprendedores, quien denunció a la isapre Cruz Blanca por cambiar su plan de salud sin su consentimiento. Este hecho salió a la luz el pasado lunes 3 de junio, cuando Swett recurrió a sus redes sociales para expresar su indignación, señalando que se enteró que su plan fue modificado en 2018 sin que se le informara, lo que considera un abuso. A través de un mensaje, exigió una respuesta formal de la isapre, comunicando también que esperaba que la situación se subsanara antes de tomar otras acciones.
La ironía de la situación no pasó desapercibida para Enríquez-Ominami, quien respondió a Swett cuestionando su doble discurso. En su mensaje en X, recordó la larga historia de abusos y modificaciones unilaterales por parte de las isapres, enfatizando que el empresario siempre ha defendido el modelo de salud privado y ahora, al verse directamente afectado, se manifiesta en contra. «¡Bienvenido al club, Juan Pablo!», fue la respuesta de ME-O, que generó revuelo entre sus seguidores y detractores.
Los cibernautas no tardaron en reaccionar a la controversia, criticando el cambio de postura de Swett respecto a las isapres. Algunos de ellos recordaron un tweet anterior del empresario, donde afirmaba que eliminar las isapres no mejorarían la salud pública, sugiriendo que incluso podría colapsar el sistema de salud pública y afectar a miles de trabajadores en clínicas privadas. Esta incoherencia entre su discurso y su actual queja ha sido objeto de múltiples burlas y críticas en la plataforma social, evidenciando una percepción pública de doble rasero.
Entre las reacciones más destacadas, un usuario de Twitter se burla de Swett al ingeniosamente catalogarlo como integrante del grupo «Mi Isapre me explicó, y yo entendí», haciendo énfasis en cómo antes defendía el sistema y ahora se queja de él. Este tipo de comentarios no solo reflejan la disconformidad de la ciudadanía con los abusos percibidos de las isapres, sino que también iluminan la falta de consistencia en las posturas de quienes representan a los emprendedores y a la economía privada.
La controversia que ha surgido a raíz de esta pelea de palabras se ha convertido en una importante oportunidad para ME-O, quien está en plena campaña para reunir las 35,000 firmas necesarias para postularse nuevamente a la presidencia. Su crítica a Swett puede servir para resaltar las inconsistencias en las políticas de salud propuestas por algunos sectores empresariales en Chile, así como para fortalecer su mensaje de cambio en un sistema que muchos consideran injusto y carente de control, algo que resonará especialmente entre los ciudadanos que han tenido experiencias similares con las isapres.














