Una situación alarmante se produjo durante un acto electoral en la provincia de Buenos Aires, donde la caravana que transportaba al Presidente Javier Milei fue objeto de un ataque por parte de un grupo de personas. Según informes de 24 Horas, la comitiva presidencial recibió pedradas en la zona de Lomas de Zamora, lo que generó un ambiente de tensión intensa. El ataque fue una clara manifestación de lo que algunos consideran la violencia de la «vieja política», en un contexto donde los enfrentamientos se han vuelto comunes entre partidarios y opositores en el país.
El vocero presidencial, Manuel Adorni, se manifestó furioso en su cuenta de X, calificando el ataque como una acción perpetrada por «militantes de la vieja política, kirchnerismo en estado puro y un modelo de violencia que solo quieren los cavernícolas del pasado». Estas declaraciones reflejan no solo la indignación del gobierno, sino también una estrategia política para deslegitimar a la oposición en un periodo crucial de campaña electoral. A pesar de la gravedad del incidente, Adorni aseguró que no hubo heridos, tranquilizando así a la ciudadanía sobre la seguridad del Presidente.
Los hechos ocurrieron cuando manifestantes opositores comenzaron a arrojar objetos contra la camioneta descubierta en la que viajaba Milei, lo que provocó un rápido despliegue de las fuerzas policiales para controlar la situación. La tensión escaló al punto en que se dieron enfrentamientos directos entre algunos de los manifestantes y los efectivos policiales. Esta reacción de violencia en medio de un evento político resalta la polarización que vive Argentina en la actualidad, donde la confrontación se intensifica cada vez más.
Durante la confusión, Javier Milei fue rápidamente evacuado por su equipo de seguridad, junto con su hermana, Karina Milei, quien también ocupa el cargo de Secretaria General de la Presidencia. La evacuación fue cuidadosamente planificada y ejecutada, lo que evitó que la situación se tornara aún más peligrosa. Por su parte, el candidato oficialista a diputado por la provincia, José Luis Espert, tuvo que abandonar la escena en una motocicleta, lo que subraya la precariedad de la seguridad en espacios públicos en medio de un clima electoral volátil.
La agresión contra la caravana de Milei no es un hecho aislado, sino que refleja un clima de creciente violencia política en Argentina, donde los discursos de odio y confrontación parecen estar a la orden del día. Los hechos involucrados en este episodio probablemente generen un debate más amplio sobre la seguridad de los funcionarios públicos y la responsabilidad social de la política en el país. En medio de la crispación, el gobierno y la oposición deberán reflexionar sobre la necesidad de encontrar formas más pacíficas de canalizar el desacuerdo político.












