En un giro impactante en el caso de la desaparición de la dirigente mapuche Julia Chuñil, la Fiscal Regional de Los Ríos, Tatiana Esquivel, ha solicitado su propia inhabilitación debido a serias denuncias de apremios ilegítimos presentadas por la familia de la desaparecida. Los acontecimientos se desarrollaron a raíz de un operativo policial realizado el 30 de enero de 2025, donde la hija de Chuñil, Jeannette Troncoso, fue sometida a un intenso interrogatorio que duró más de tres horas. Durante este tiempo, según denuncias penales, se le ejerció presión para que se autoinculpara, lo que ha suscitado un profundo debate sobre la legalidad y ética de las acciones de los fiscales y las fuerzas del orden en este caso.
Los informes sobre el operativo revelan que efectivos de Carabineros, bajo el liderazgo de la Fiscal Esquivel, llevaron a cabo actos que la familia de Chuñil considera intimidatorios. Una de las situaciones más preocupantes ocurrió cuando un uniformado, identificado como José Arriagada, habría sacado su arma parcialmente y exigido a Jeannette que confesara la desaparición de su madre. Este tipo de tácticas ha generado un clima de miedo y trauma psicológico entre la familia, quien además ha reclamado la violación de su derecho a la defensa al no permitir que su abogada, Carmen Caifil, estuviera presente durante el interrogatorio.
En respuesta a las denuncias, la Fiscal Esquivel ha negado los hechos pero, a la luz de la creciente presión pública y las implicaciones sobre su imparcialidad, ha decidido inhabilitarse para la investigación. En un oficio dirigido a la Fiscalía Nacional, Esquivel argumentó que las acusaciones comprometen la percepción de objetividad en el proceso. A pesar de su decisión de apartarse, la fiscalía sostiene que todas las acciones realizadas estaban legalmente autorizadas, dejando que la decisión final sobre su inhabilitación recayera en el fiscal nacional subrogante, Héctor Barros.
El caso ha tomado un nuevo rumbo con la revelación de que se han encontrado manchas de sangre en la casa de Jeannette que coinciden con el ADN de Julia Chuñil, lo que ha sido interpretado por la familia como un intento de desviar la atención de la posible complicidad del empresario forestal Juan Carlos Morstadt, quien había amenazado a Chuñil en el contexto de conflictos territoriales. Esta nueva evidencia ha llevado a cuestionar las prioridades de la investigación, generando un ambiente de desconfianza entre los allegados de Chuñil y las autoridades.
Finalmente, a pesar de las numerosas líneas de investigación, la Fiscalía Regional de Los Ríos se ha mantenido reservada respecto a las implicaciones que podría tener la familia de Chuñil en su desaparición. En un reciente comunicado, Esquivel afirmó que se están explorando varias hipótesis y enfatizó la colaboración con diversas unidades del Ministerio Público para asegurar un enfoque especializado y objetivo en la investigación. Este asunto no solo ha sacudido a la comunidad mapuche, sino que también ha generado un creciente interés a nivel nacional sobre cómo se manejan este tipo de casos sensibles en el sistema de justicia.













