Hamás anunció este viernes que ha decidido liberar a todos los rehenes israelíes bajo los términos expresados por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y señaló su disposición a negociar de forma inmediata los detalles del acuerdo de paz. En un comunicado difundido por agencias, la organización dijo haber tomado esa decisión tras un estudio exhaustivo y con el fin de lograr el cese de las hostilidades. También indicó su voluntad de entregar la administración de la Franja de Gaza a un organismo palestino independiente con base en el consenso nacional palestino y el apoyo árabe e islámico.
Según el texto, la liberación abarcaría a todos los prisioneros israelíes, vivos o muertos, siempre que se cumplan las condiciones sobre el terreno para el intercambio. Hamás afirmó además que está dispuesto a iniciar negociaciones inmediatas a través de los mediadores para discutir los detalles del plan y renovó su acuerdo para entregar la administración de la Franja de Gaza a un organismo palestino independiente con base en el consenso nacional palestino y el apoyo árabe e islámico.
Este anuncio llega en un contexto de presión internacional: este mismo viernes, Trump había fijado un plazo hasta el domingo para que Hamás acepte el plan de paz para la Franja y amenazó con un infierno como nunca antes se ha visto si no se cumple. En Truth Social, Trump exigió la liberación de todos los rehenes, incluyendo los cuerpos de los muertos, ya. El plan de 20 puntos presentado el lunes en la Casa Blanca, aceptado por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, propone el fin inmediato de la guerra, la liberación de los rehenes y la formación de un gobierno de transición para Gaza supervisado por Estados Unidos y el ex primer ministro británico Tony Blair. Dicha hoja de ruta también contempla la desmilitarización de la Franja y la posibilidad de negociar en el futuro un Estado palestino, algo descartado, sin embargo, por el primer ministro israelí.
Analistas señalan que, de materializarse, la propuesta podría reconfigurar la seguridad regional y la política interna de Gaza, pero también enfrenta obstáculos difíciles: las condiciones para el intercambio, la credibilidad de un gobierno de transición y la aceptación por parte de Israel y de otros actores clave. Los aliados árabes e islámicos de Hamás podrían respaldar la propuesta, mientras que rivales dentro de Gaza y en otras capitales podrían cuestionar la gobernanza propuesta y la supervisión internacional.
Qué se espera ahora es un proceso de mediación acelerado: se prevén reuniones inmediatas entre las partes, con un calendario de pasos para verificación de condiciones, transferencia de autoridad y supervisión de la desmilitarización. La comunidad internacional vigilará el cumplimiento de las resoluciones y buscará consolidar un marco nacional palestino integral para confirmar la participación de Hamás en un eventual acuerdo de paz. En las próximas horas quedará claro si Israel y sus aliados aceptan abrirse a negociaciones inmediatas y qué papel jugará la mediación en la definición de un Estado palestino.