En marzo pasado, la investigación del equipo de El Ciudadano destapó un escándalo que ha dejado en entredicho la gestión de la exalcaldesa Cathy Barriga. A raíz de conversaciones con Guillermo Daguerresar, exjefe de Servicios Generales durante su administración, se reveló que Barriga solicitó la construcción de un jardín infantil al interior del municipio, contradiciendo el hecho de que ya existía una sala cuna destinada a los hijos de los funcionarios. Esta situación ha llevado a cuestionar no solo la utilización de recursos públicos, sino también la transparencia de la administración de Barriga.
Daguerresar confirmó que la demanda de la exalcaldesa tenía una particularidad: el jardín infantil solo podía albergar al hijo de Barriga y su cuidadora. Esta exclusividad ha suscitado críticas, considerando que se trató de una decisión que priorizaba el interés personal sobre el bienestar de los funcionarios y sus familias. Además, resulta inquietante cómo una sala cuna destinada a múltiples niños se transformó en un espacio casi privado, lo que plantea interrogantes sobre la gestión de los recursos humanos y materiales en el municipio.
Kimberly Guarjardo, quien se desempeñaba como cuidadora del hijo menor de Barriga, corroboró la existencia de esta guardería informal en su declaración ante la Fiscalía. Guarjardo relató que su acuerdo con la exalcaldesa fue completamente verbal, sin contrato formal, lo cual agrava la irregularidad de la situación y evidencia una falta de transparencia en el manejo de las contrataciones en el municipio. Además, el pago pactado no se realizó de manera oportuna, lo que sugiere un manejo deficiente de recursos por parte de Barriga.
La excuidadora describió cómo el espacio que funcionaba como sala cuna era en realidad una oficina normal, que con el tiempo fue adaptada de manera improvisada para el niño, lo que también plantea preocupaciones sobre la seguridad y el cuidado adecuado del menor. La falta de medidas de seguridad y de un entorno apropiado para el desarrollo infantil en un lugar que debería ser profesional ha llevado a muchos a cuestionar la administración y el compromiso de Barriga hacia el bienestar de los más vulnerables.
Este nuevo escándalo se suma a las irregularidades que han caracterizado la gestión de Cathy Barriga, generando un clima de desconfianza y descontento entre los ciudadanos. La Fiscalía Oriente ahora debe investigar a fondo estas revelaciones y determinar si hubo algún delito que perseguir, mientras que la opinión pública sigue atenta a los desarrollos de este caso que podría tener repercusiones significativas en la política local.
