En abril pasado, el comandante de Gendarmería de Santiago 1 fue víctima de un violento ataque en su residencia ubicada en Cauquenes, Región del Maule, que ha puesto de manifiesto serias irregularidades dentro del sistema penitenciario chileno. El hecho, vinculado a los criminales del Tren de Aragua, se produjo posteriormente a las advertencias que el funcionario había proporcionado a la Policía de Investigaciones (PDI) sobre la corrupción en la cárcel, donde un gendarme podía obtener hasta $500.000 diarios mediante tratos ilegales con los reclusos. La situación ha escalado tras la detención de tres individuos venezolanos relacionados con esta organización delictual, quienes intentaron intimidar al gendarme a través de una amenaza explícita en su hogar.
Los delincuentes dejaron una corona de flores junto a una carta amenazante que decía: “Descansa en paz (iniciales tachadas). Se despide tu familia, pronta muerte. Así como estás muerto tú, vamos por tus amigos SAPOS”. El contenido de la carta no solo indica la gravedad de la amenaza, sino también el nivel de infiltración y la extensión de la red criminal que opera en el sistema carcelario. Los testimonios del gendarme han sido fundamentales, revelando la forma en que operan las mafias dentro de las cárceles, a pesar de sus intentos por mantenerse en la sombra.
En un desarrollo posterior a la investigación, el medio Ciper expuso que la información personal del gendarme había sido filtrada por sus propios colegas dentro de la cárcel Santiago 1, lo que refuerza la noción de que la corrupción se extiende mucho más allá de los muros de la prisión. El gendarme, consciente de las dinámicas internas, sospechaba de un cabo que había mostrado hostilidad hacia él por sus oposiciones a los negocios ilícitos entre funcionarios y reclusos. Este cabo, apodado “doctor” por su capacidad de generar ingresos que superan incluso los de un médico, ha sido señalado como posible fuente de la amenaza.
Los esfuerzos del gendarme por luchar contra la corrupción no han sido solamente verbales. En sus relatos, ha documentado participaciones en allanamientos que han resultado en la incautación de drogas, armas y otros objetos prohibidos. Sin embargo, la frustración es evidente ya que muchos de estos procedimientos resultan sin responsables, lo que deja entrever la complicidad que puede existir en el interior del penal. El gendarme comentó que, a pesar de llevar a cabo estos operativos, muchas veces los infractores logran evadir la responsabilidad, lo que genera un círculo vicioso de impunidad.
La situación que enfrenta el comandante de Gendarmería resalta la necesidad urgente de una revisión profunda de los procedimientos y protocolos dentro de las instituciones penitenciarias en Chile. La amenaza directa contra su vida y la implicación de sus pares en actos corruptos sugieren que el problema va más allá de un simple caso de corrupción aislada. La reciente investigación de la Fiscalía Metropolitana Occidente, que busca desmantelar las conexiones del Tren de Aragua en el país, podría revelar una red más extensa que compromete la seguridad de quienes trabajan en el sistema penitenciario y la sociedad en general.
