La noche del pasado jueves, el fútbol chileno vivió una de sus páginas más sombrías tras la trágica muerte de dos jóvenes hinchas de Colo Colo en las inmediaciones del Estadio Monumental. El suceso ocurrió justo antes del encuentro por la Copa Libertadores 2025 entre Colo Colo y el club brasileño Fortaleza. Testigos afirman que la situación se tornó caótica cuando un grupo de barristas intentó ingresar de manera violenta al recinto, creando una avalancha humana en un momento de alta afluencia de público.
El testimonio de un guardia de seguridad que presenció el atropello ha revelado detalles inquietantes sobre los eventos fatales. Según relata, él se encontraba realizando labores de control de acceso cuando comenzó a notar la aglomeración creciente de jóvenes, muchos de ellos menores de edad. Para evitar un enfrentamiento debido a la masiva llegada de personas, el protocolo establecido indicaba liberar las puertas, lo que resultó en un desenlace desastrozo donde varios jóvenes tropezaron y cayeron al suelo.
Los hechos se desencadenaron cuando un vehículo conocido como ‘zorrillo’, utilizado por Carabineros para mantener el orden, embistió a los jóvenes que se encontraban caídos en el suelo. Según el guardia, este fue el factor que causó la muerte del niño de 12 años y la joven de 18, no así la intervención de las vallas metálicas, que estaban firmemente sujetas y no cayeron. La divulgación de esta información es crucial, ya que se ha estado tergiversando la narrativa sobre la tragedia, lo que podría afectar la reacción pública y las responsabilidades de los involucrados.
Mientras el guardia de seguridad intentaba ayudar a las víctimas y pedía asistencia médica, un carabinero le ordenó abandonar el lugar, lo que lo dejó en estado de shock. «Justificar la muerte de una joven y un niño solo porque se produjo una avalancha… eso no es justo», sentenció conmovido, dejando entrever su frustración por cómo se está manejando la información en los medios y la opinión pública.
Los testimonios de los vecinos de la zona también respaldan la versión del guardia de seguridad, indicando que el ‘zorrillo’ no actuó como parte de un protocolo de control, sino que embistió de manera directa a los jóvenes. La indignación en la comunidad es palpable, y muchos consideran que lo ocurrido no fue simplemente un accidente, sino una tragedia evitable que debe ser investigada con rigor para que se impongan las responsabilidades correspondientes. La sombra del luto se cierne sobre el fútbol chileno, dejando clamor por justicia y cambios en los protocolos de seguridad en los eventos deportivos.
