Un emotivo y revelador testimonio entregó el grupo tropical Arawiy de Chillán, al recordar el inesperado y alegre encuentro que vivieron con los pescadores de la embarcación Bruma, días antes de que desaparecieran en las costas de la región del Biobío, el pasado 30 de marzo. Según informó el diario La Discusión, la banda se trasladó entre fines de febrero y principios de marzo a las localidades de Dichato y Coliumo para grabar el videoclip de su nueva canción “Festival en Guararé”. Durante la producción, recorrieron varios puntos costeros, uno de los cuales fue el puerto de Coliumo, donde se produjo un encuentro que hoy cobra un sentido absurdamente conmovedor.
Diego Contreras, uno de los integrantes del grupo Arawiy, relató con emoción lo que sucedió en el último día de grabación: “Estábamos por ir a almorzar cuando unos pescadores nos invitaron a tocar con ellos un rato. Querían compartir un momento agradable y aceptamos. Incluso grabamos algunas tomas junto a ellos para el video.” En ese momento, Contreras no sabía que estos pescadores eran parte de la tripulación de la embarcación Bruma, la cual ahora se encuentra desaparecida. Esta conexión fortuita con los pescadores transforma la tragedia en un retrato de la comunidad y la vida que se desarrolla en la costa.
La noticia del naufragio impactó profundamente al elenco de Arawiy. Una vez que supieron del suceso, decidieron viajar a Tomé para reunirse con las familias de los desaparecidos, quienes ya tenían una referencia de la banda por el video que había sido registrado. Contreras añadió: “Los pescadores les habían contado que saldrían en un videoclip, pero no sabían quiénes éramos nosotros. Les mostramos el video, que ya está disponible en YouTube.” Este gesto de solidarización ha proporcionado un rayo de luz en medio de la oscuridad de la tragedia, reafirmando la conexión humana entre el arte y las vivencias de aquellos que viven de la pesca.
En el marco de este trágico incidente, una investigación se encuentra en curso sobre la responsabilidad de la embarcación industrial Cobra, perteneciente a la empresa pesquera Blumar, en el hundimiento de la lancha artesanal Bruma. De los tripulantes del Cobra, cuatro están actualmente imputados y el resto se mantiene como testigos. Algunos de ellos han afirmado haber impactado un objeto el día del accidente, lo que genera mayor suspenso en torno a las circunstancias que rodearon esta tragedia.
El caso ha tomado un giro aún más profundo y trágico con el suicidio de Juan Sanhueza, uno de los tripulantes del Cobra, cuyo cuerpo fue hallado en Coronel. Sanhueza había sido citado a declarar en relación a la desaparición de la Bruma, pero lamentablemente nunca se presentó. Este desenlace ha dejado a la comunidad conmocionada y ha abierto un debate sobre la salud mental de los trabajadores en el sector pesquero, así como la importancia de la transparencia en los procesos de investigación sobre incidentes marítimos.
