El diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del exmandatario brasileño Jair Bolsonaro, ha denunciado lo que considera un «abuso de poder crudo» por parte de las autoridades judiciales del país. Esto se produce en el contexto de la decisión del magistrado Alexandre de Moraes, miembro de la Corte Suprema, de decretar prisión domiciliaria para su padre tras la supuesta violación de medidas cautelares. La situación desató un fuerte debate político, ya que Flávio Bolsonaro, hermano de Eduardo y senador, ha solicitado al Senado iniciar un proceso de destitución contra De Moraes, calificando la resolución de este como «cobarde» e «inmoral».
Flávio Bolsonaro, en una entrevista con CNN Brasil, insinuó que la decisión de la Corte Suprema podría tener un trasfondo político y coincidió en que hay «decenas de senadores» dispuestos a respaldar su propuesta para destituir a De Moraes. Aseguró que el magistrado se encuentra en una situación insostenible para continuar en el cargo, generando un clima de tensión dentro del Senado brasileño. Este caso ha puesto en evidencia las profundas divisiones políticas en Brasil, especialmente entre el sector ultraderechista y las instituciones judiciales.
El rechazo de los Bolsonaro a la resolución de De Moraes se ha intensificado tras las recientes sanciones impuestas por el gobierno de Estados Unidos, las cuales congelaron activos del magistrado por supuestas violaciones a los derechos humanos. Flávio Bolsonaro sugirió que la prisión domiciliaria de su padre podría ser una forma de revancha por estas sanciones. Esta acusación se suma a un clima de acusaciones mutuas y tensiones políticas que marcan la actualidad brasileña.
El exmandatario Jair Bolsonaro una vez más se encuentra en el ojo del huracán tras su participación en manifestaciones en varias ciudades brasileñas, donde se defendió de las acusaciones de golpismo. La decisión judicial de imponer medidas cautelares, que incluyen limitaciones en el uso de sus redes sociales, ha sido vista por sus seguidores y por su familia como un intento de silenciar su voz y debilitar la oposición. Bolsonaro enfrenta graves cargos que podrían acarrearle más de 40 años de prisión por las acusaciones de liderar intentos de desestabilización tras su derrota electoral en 2022.
Mientras tanto, Eduardo Bolsonaro ha utilizado su plataforma en redes sociales para criticar abiertamente el accionar del magistrado De Moraes, argumentando que su objetivo es restringir la libertad de expresión de la oposición. La familia Bolsonaro ha manifestado en reiteradas ocasiones su descontento con el enfoque de la Corte Suprema y ha enfatizado la necesidad de revisar los límites de poder en las instituciones brasileñas. Este conflicto no solo desestabiliza a la familia Bolsonaro, sino que también plantea serias preguntas sobre la independencia del poder judicial en Brasil y su relación con la política.













