En un hito sin precedentes en la historia del Terminal Marítimo Quintero de Enap, Gisselle Rojas Rojas y Nury Bellary Castro se han convertido en las primeras mujeres en operar en un espacio tradicionalmente masculino, marcando así un avance significativo en la diversidad, equidad e inclusión dentro de la industria energética chilena. Durante 70 años, este terminal ha sido un pilar fundamental para la energía del país, y ahora, con la incorporación de estas dos profesionales, se reafirma el compromiso de la compañía hacia un futuro más inclusivo. Mario Ríos, director del terminal, subraya que «la incorporación de Gisselle y Nury es un paso concreto hacia la excelencia», enfatizando que un terminal moderno no se define solo por su infraestructura, sino también por su capacidad para integrar diversas perspectivas y talentos.
Gisselle Rojas, técnica e ingeniera en Mantenimiento Industrial y madre de una pequeña niña, ha sido una pionera en este entorno laboral. Luego de destacar en roles técnicos en el Terminal Pacífico Sur de Valparaíso, Gisselle asumió el desafío de ser la primera mujer operadora en Quintero el 5 de mayo. Consciente de su responsabilidad, ella expone: «Me siento afortunada, pero también con una gran responsabilidad: abrir camino a otras mujeres». La valoración que ha recibido de sus colegas y superiores resalta el amplio apoyo hacia su crecimiento profesional, convirtiéndola en un referente crucial para aquellas mujeres que visualizan la industria como un campo viable para su desarrollo.
Por otro lado, Nury Bellary trae consigo una rica experiencia proveniente de su tiempo en la Armada, donde se destacó como mecánica en aviación. Tras unirse a Enap, su interés y compromiso con el sector energético la llevaron a ser parte de la primera generación de mujeres operadoras de terreno en Magallanes. A partir del 1 de julio, Nury se unió al equipo de Quintero como operadora en entrenamiento, combinando su trabajo con estudios en Ingeniería en Gestión Logística. Su historia no solo inspira, sino que también desafía a las normas y expectativas en un campo dominado por hombres, afirmando que «aquí no veo límites».
Ambas mujeres destacan la importancia de su labor en Quintero, no solo como un avance personal, sino también como un símbolo del cambio en la cultura laboral. Gisselle y Nury han encontrado en su equipo un entorno que valora el trabajo en terreno y promueve un clima de igualdad sin distinciones. «Esa es la diferencia que marca este lugar», expresa Nury, resaltando que su experiencia ha sido tanto gratificante como desafiante. La inclusión de ellas en el equipo representa no solo un cambio en la composición del personal, sino una facilitación de un ambiente colaborativo que potencia el crecimiento de todos.
La llegada de Gisselle y Nury responde a una estrategia de Enap que busca consolidar la diversidad como pilar fundamental en la industria energética. Esta visión no solo enriquece las capacidades operativas, sino que también establece un marco de respeto y colaboración esencial para enfrentar los desafíos futuros. Con iniciativas que respaldan la igualdad de oportunidades, como lo establece la Norma Chilena 3262, la compañía está en camino a fortalecer su cultura organizacional mientras se prepara para los retos del mañana. La visibilidad y el liderazgo de Gisselle y Nury son ejemplos concretos de que el camino hacia una industria energética más equitativa y moderna está en marcha, beneficiando a todos.













