Un reciente estudio de la consultora Colliers ha puesto de manifiesto la preocupante situación que viven muchas personas en relación con el acceso a la vivienda. Según el informe, mientras que el valor de las propiedades ha experimentado un crecimiento sostenido, el aumento de las contribuciones ha superado ese crecimiento, generando una presión económica insostenible para muchos propietarios. La investigación revela que el Índice de Contribuciones se ha duplicado, aumentando un 117%, lo que contrasta explosivamente con el crecimiento del salario promedio, que se ha limitado a un 47% en los últimos 15 años. Esto ha creado una carga tributaria desproporcionada, dificultando aún más la capacidad de pago de los ciudadanos y exacerbando la crisis habitacional del país.
Daniela Olmos, Gerente del Área de Desarrollo y Regularizaciones de Colliers, subraya en su análisis que desde 2009, las contribuciones habitacionales han crecido un 47% más que los salarios reales, lo que ha generado una creciente brecha de 69 puntos de índice. Este contexto ha hecho que, aunque el precio real de la vivienda ha aumentado un 111%, la disparidad entre lo que puede pagar el ciudadano promedio y lo que debe abonar en contribuciones se amplía día a día. La situación se vuelve aún más crítica en el periodo más reciente, entre 2018 y 2024, cuando las contribuciones han incrementado un 35%, mientras que los salarios reales sólo han crecido un 9%.
Reinaldo Gleisner, Vicepresidente de Colliers, también destaca que hasta el año 2012, las contribuciones se alinearon con los salarios, pero a partir de entonces, esa relación se ha visto alterada dramáticamente. ”De 2018 a 2024, las contribuciones han crecido un 35% en contraste con el escaso 9% de aumento en los salarios, lo que provoca una angustia constante en los contribuyentes”, explica. Al realizar un análisis más exhaustivo de las viviendas, se evidencia una disparidad significativa entre el crecimiento de las contribuciones y el valor de las viviendas nuevas, que sólo ha aumentado un 23%, generando una separación del 12% en el valor de avalúo comparado con el mercado actual.
El informe también arroja luz sobre cómo, a pesar de que el país atraviesa una fuerte recesión y una considerable caída en el valor del mercado de la vivienda, las valoraciones fiscales continúan aumentando. Según las estimaciones, el valor de las propiedades ha disminuido entre un 20% y un 30% de 2019 a 2023, y las ventas de viviendas han caído a la mitad. Esto evidencia una extrema iliquidez en el mercado inmobiliario, donde los propietarios enfrentan dificultades para vender incluso después de reducir los precios en un 30%.
Finalmente, Gleisner critica la desconexión del Servicio de Impuestos Internos (SII) con la realidad, argumentando que su incapacidad para reflejar la situación del mercado inmobiliario perpetúa la angustia financiera de los contribuyentes. Dicha realidad se ha convertido en un reflejo del insaciable apetito fiscal del Estado, que sigue exigiendo el pago de contribuciones en un contexto de pérdida de valor patrimonial significativo. Los ciudadanos sienten que su principal bien ha perdido un valor dramático, mientras que el fisco actúa implacablemente, cobrando impuestos crecientes sin mostrar empatía por la difícil situación económica que atraviesan.













