El caos en el Hospital San José ha alcanzado niveles alarmantes, ya que la situación parece estar fuera de control y la falta de asunción de responsabilidades es palpable. Aldo Yáñez Vera, quien asumió la dirección del hospital el 14 de abril, ha sido objeto de críticas severas tras ser denunciado por fraude al fisco y negociación incompatible. Esta situación ha generado un clima de tensión entre el personal médico del recinto asistencial y la dirección del Servicio de Salud Metropolitano Norte, lo que ha llevado a cuestionar su idoneidad para el cargo y su capacidad de liderar en un momento crítico.
Las denuncias en su contra son graves y detalladas. Jorge Ramírez Velásquez, actual Subdirector Médico del SSMN, ha presentado una acusación formal ante la fiscalía, alertando sobre la ilegalidad de la contratación de la empresa LIM Chile para los servicios de aseo, que ha sido cuestionada repetidamente por la Contraloría. A pesar de las alertas sobre el daño fiscal, que se estima en más de 2 millones de dólares, Yáñez Vera continúa en su puesto, lo que plantea serias dudas sobre la transparencia y la ética en la gestión del hospital.
La relación directa entre Yáñez y su superior, el Dr. Antonio Infante Barros, ha sido especialmente criticada, ya que se le acusa de haber impuesto la llegada de Yáñez al cargo sin un fundamento técnico que justifique su elección. Infante Barros, quien también enfrenta acusaciones de prevaricación administrativa, ha sido señalado como el hilo conductor de una presunta red de corrupción en el hospital. Esta situación evidencia una falta de acción por parte de las autoridades pertinentes para frenar las irregularidades y mantener la integridad del servicio de salud.
Los correos filtrados a los que tuvo acceso INFOGATE revelan presiones constantes para el pronto pago de los servicios de LIM Chile, lo que pone de manifiesto una gestión que opera por fuera del marco legal establecido. Funcionarios del hospital han estado en contacto directo, tratando de asegurar que se cumplan los pagos a pesar de la ausencia de la autorización necesaria de la Contraloría. Esta conducta no solo infringe normativas, sino que agrava la crisis que enfrenta el sistema sanitario chileno en su conjunto.
La comunidad hospitalaria del San José, ante esta situación de impunidad y descontrol, ha expresado su inconformidad con los administradores actuales. La resistencia a actuar contra el grupo que perpetúa estas irregularidades ha llevado a muchos a cuestionar su permanencia en los cargos, a pesar de la evidencia que sugiere una burla sistemática al sistema. Este es un reflejo de una crisis más amplia en la salud pública de Chile, que demanda respuestas claras y acciones contundentes para restablecer la confianza en el sistema.














