Claudio Crespo, exteniente coronel de Carabineros, realizó graves acusaciones el pasado martes en relación con la filtración de sus videos de cámara corporal, que documentan su conducta durante las protestas del estallido social en 2019. En sus declaraciones, Crespo señaló que el Ministerio Público habría sido responsable de hacer estos registros públicos, los cuales fueron exhibidos por Ciper y forman parte del juicio en su contra. Según Crespo, estos videos han sido manipulados y sacados de contexto para perjudicaron su imagen, aumentando la controversia en torno a su accionar durante las manifestaciones.
Los videos muestran actos considerados de conducta agresiva y abusos verbales por parte de Crespo hacia personas detenidas. En uno de los momentos más impactantes del material audiovisual, se le oye amenazando a un manifestante con «sacarle los ojos», mientras que en otro episodio, descalifica la preocupación de un compañero por una persona que estaba en llamas, diciendo: «Que se queme, el culiao. Qué te preocupai de hueás». Estos incidentes han generado un fuerte rechazo en la opinión pública y han revivido el dolor y la indignación por las violaciones a los derechos humanos durante las protestas.
Crespo, defendiendo su accionar, aseguró que no siente remordimiento por las acciones que realizó. «Camino con la frente en alto. No he matado a nadie, jamás disparé munición letal», afirmó, manteniendo su posición desafiante ante las críticas. El exfuncionario argumentó que el proceso judicial debería ser el lugar donde se le juzgue, no la prensa, sugiriendo que la cobertura mediática está sesgada y responde a intereses que buscan afectar su imagen y la de Carabineros en general.
Asimismo, Crespo acusó a la Fiscalía de haber tenido en su poder los videos desde diciembre de 2019, y que si consideraban que existía un delito, debieron actuar oportunamente. La situación expone la complejidad del caso, no solo por la gravedad de las acusaciones contra él, sino también por la responsabilidad de las instituciones involucradas en la protección de los derechos humanos y su obligación de actuar en base a las pruebas que han tenido durante este tiempo.
Finalmente, Crespo se mostró confiado en que su base de seguidores no se vería afectada por la difusión de estos videos. «La mayoría de los chilenos que me apoyan, lo seguirán haciendo. Un video con algunas frases no cambia eso», concluyó. Esta afirmación refleja no solo su determinación de enfrentar las acusaciones, sino también un desafío directo a la percepción pública, en un periodo donde la confianza en las instituciones de orden y seguridad se encuentra fuertemente cuestionada en el país.
