Los emprendedores, especialmente aquellos que dirigen pequeñas y medianas empresas (pymes) en Chile, se enfrentan a un creciente riesgo en el ámbito cibernético. A menudo, se piensa que los grandes corporativos son los principales objetivos de los ciberdelincuentes, pero la realidad es que las pymes se han convertido en un blanco fácil debido a su falta de protección y conocimiento. Con un panorama digital en constante evolución, es crucial que estos emprendedores comprendan la vulnerabilidad de sus sistemas y la importancia de implementar medidas de defensa efectiva.
Patricio Campos, CEO de Resility, enfatiza que muchas pequeñas empresas carecen del personal técnico necesario para defenderse adecuadamente contra ataques cibernéticos. Utilizando herramientas básicas y sin protocolos de seguridad en su lugar, estas empresas están, dicen los expertos, en una posición sumamente precaria. «Es como conducir un auto sin cinturón de seguridad» —asegura Campos—, ilustrando cómo la falta de seguridad puede tener consecuencias devastadoras para el funcionamiento del negocio. Sin una atención adecuada a la ciberseguridad, estas empresas están jugando con su futuro.
Las estadísticas son alarmantes. En 2024, los ciberataques contra pymes en Chile incrementaron más de un 30%. El ransomware ha emergido como uno de los métodos más utilizados por los ciberdelincuentes, donde los atacantes secuestran archivos valiosos y exigen un rescate para liberarlos. Además, se han reportado estafas mediante correos electrónicos que suplantan a bancos o proveedores, convirtiéndose en una táctica común entre los hackers. Muchos emprendedores ni siquiera se percatan de que han sido víctimas de estos ataques hasta que es demasiado tarde, evidenciando un grave desconocimiento sobre ciberseguridad en este sector.
Los efectos de un ataque cibernético pueden ser devastadores. Campos menciona que hay empresas que pierden toda su base de datos o información contable en solo minutos. Sin copias de seguridad, estos negocios no pueden continuar sus operaciones. Entre los errores más comunes que perpetúan esta situación se encuentran el uso de contraseñas débiles, la falta de actualizaciones en software y compartir accesos entre empleados, lo que facilita la entrada de ciberdelincuentes a sistemas críticos.
La clave para mejorar la ciberseguridad en las pymes no reside exclusivamente en adquirir herramientas costosas, sino en educar al personal para reconocer las amenazas. Campos recomienda enseñar a los equipos a identificar correos falsos, implementar autenticación de doble factor y tener un plan de respuesta ante posibles ataques. La inversión en ciberseguridad no solo es una opción, sino una necesidad para la supervivencia de los negocios. Es esencial que los emprendedores comprendan que la amenaza no se limita a grandes corporaciones; las pymes son, en realidad, objetivos preferidos para los cibercriminales.














