Durante la noche del lunes 17 de marzo, Guillermo Daguerresar, testigo clave en el Caso Barriga, sufrió un ataque violento por parte de desconocidos en las proximidades de la Estación Cementerios, en la comuna de Recoleta. Daguerresar, exjefe de Operaciones y Seguridad de la Municipalidad de Maipú durante la gestión de Cathy Barriga, se ha destacado por ser uno de los primeros en destapar irregularidades en el municipio, como el listado de desvinculaciones de Joaquín Lavín León y la existencia de una sala cuna privada para el hijo menor de Barriga y Lavín, lo que lo convierte en una figura de interés en el contexto de este escándalo político.
El incidente ocurrió cuando Daguerresar se dirigía a su trabajo, un trayecto habitual para él. Según su relato, un auto se detuvo repentinamente y de él descendieron dos individuos que, armados con algún objeto, lo abordaron. «Comenzamos a forcejear, me golpearon por la espalda y cuando caí al suelo, aparecieron vecinos que los ahuyentaron», narró Daguerresar con visible temor. Lo peculiar de este ataque, que fue calificado como agresión en lugar de un atraco, es que no se sustrajo ninguna de sus pertenencias; ni la mochila, ni la billetera, ni su celular fueron tocados por sus atacantes.
La experiencia vivida por Daguerresar ha despertado inquietudes sobre la seguridad de quienes se atreven a hablar en contra de figuras políticas poderosas en Chile. «Es normal que en algún momento pudiera verme en una situación de riesgo, pero nunca pensé que eso incluiría una agresión física tan directa como la que sufrí», comentó el exfuncionario. Esta afirmación resuena con el contexto actual en el que muchos denuncias sobre corrupción y abuso de poder han quedado sin respuesta o han sido silenciadas.
A pesar de la gravedad del ataque, Daguerresar ha decidido no presentar una denuncia formal ante la Fiscalía o Carabineros, aduciendo que no se siente seguro bajo las circunstancias actuales. «Mientras no haya justicia en el Caso Barriga, no me siento protegido en acudir a estas instituciones. La impunidad que rodea a este tema me hace dudar de que cualquier acción tomada pueda ser efectiva», explicó, dejando entrever una desconfianza profunda en el sistema judicial.
Este incidente pone de manifiesto la creciente preocupación por la seguridad de los denunciantes en Chile, especialmente en casos que involucran a personas con notable poder e influencia. La situación de Daguerresar resalta la falta de garantías para aquellos que se atreven a hablar, y plantea interrogantes sobre la integridad del proceso judicial en el país. La comunidad y los organismos de derechos humanos deberán permanecer alertas y exigir medidas que protejan a los denunciantes y aseguren que su voz no sea acallada mediante la violencia.














