La senadora Carmen Gloria Aravena ha tomado una decisión significativa al renunciar al Partido Republicano, una acción que ha generado un amplio debate en el ámbito político chileno. Su renuncia, formalizada el 30 de mayo, ocurrió el mismo día en que se votaba el informe de la Comisión de Paz y Entendimiento para La Araucanía, un documento que, según Aravena, es crucial para enfrentar el conflicto territorial en esa región. Durante una entrevista en el programa *Copano.News en Turno*, la senadora argumentó que su salida se debió a una «convicción ética y un sentido de responsabilidad política», afirmando que era imperativo apoyar un informe que propone no solo la restitución de tierras, sino también la reparación a las víctimas de la violencia que ha azotado la zona.
Aravena detalló que el informe en cuestión sugiere cerrar el proceso de restitución de tierras en un plazo de 15 años, con una inversión de cerca de 4.000 millones de dólares. Esta propuesta incluye compensaciones en áreas como infraestructura, turismo y transferencias directas, lo cual es visto como un paso fundamental hacia la paz en un contexto marcado por tensiones históricas. «La gente quiere más libertad para decidir», subrayó la senadora, manifestando que los ciudadanos de La Araucanía tienen derecho a participar en el diseño de políticas que afectan su vida y su entorno.
Sin embargo, Aravena no se limitó a criticar la postura de su antiguo partido, sino que también hizo una fuerte condena a los discursos de odio propiciados por grupos radicalizados. En referencia al movimiento APRA, evocó su carácter destructivo y recordó las consecuencias de avivar divisiones entre mapuches y chilenos. «El APRA es del terror y miente descaradamente. ¿Qué queremos lograr con estos discursos? ¿Más muertes? Todos somos vecinos, todos somos chilenos», enfatizó, abogando por un diálogo pacífico y constructivo que aleje a la comunidad de la violencia y de la polarización.
La senadora también negó cualquier intención de regresar a la militancia política dentro de un partido convencional, a pesar de haber recibido ofertas de colaboración de diversas bancadas. Para ella, trabajar por el bien común y alcanzar la paz debe estar por encima de intereses partidistas. En su análisis, Aravena destacó que la rectificación de la situación en La Araucanía requiere una mirada integral y menos confrontacional, enfatizando que no se pueden utilizar los temas de violencia y pobreza como herramientas para ganar elecciones.
Finalmente, Aravena dejó claro su desacuerdo con la propuesta del Partido Republicano de frenar la entrega de tierras y considerar un estado de sitio en La Araucanía. Afirmó que esta propuesta no solo ignora los compromisos legales existentes, sino que también amenaza la estabilidad y la paz social en la región, algo que podría acarrear repercusiones negativas a nivel internacional para Chile. «Un estado de sitio es un estado de guerra, y eso es lo que estamos anunciando», concluyó, subrayando el grave riesgo de escalar el conflicto territorial en el país.
