La capital ucraniana, Kiev, ha sufrido una devastadora ola de ataques rusos que dejó un saldo trágico de 14 muertos, entre ellos tres menores de edad, según los informes oficiales. Este asalto nocturno, calificado de «masivo» por el presidente Volodímir Zelenski, ha conmocionado al país, donde las víctimas incluyen a una niña de solo dos años, un chico de 14 años y una chica de 17. Según la Fiscalía de Kiev, la menor falleció en el acto como consecuencia de una explosión, mientras que los otros dos jóvenes sucumbieron a sus heridas después de haber sido trasladados a un hospital en estado crítico. La comunidad internacional sigue de cerca este suceso, que ha puesto en evidencia la gravedad de la situación humanitaria en Ucrania.
Además de las trágicas pérdidas humanas, los ataques causaron un gran número de heridos, dejando al menos 50 personas con lesiones, de las cuales 40 necesitaron atención hospitalaria urgente. La situación es aún más angustiantes, ya que se reportan al menos diez personas desaparecidas en múltiples puntos de la ciudad, mientras las autoridades locales activan operaciones de rescate y búsqueda. La devastación dejó una serie de daños colaterales en edificios residenciales, fábricas y en la delegación de la Unión Europea en Kiev, lo que ha suscitado la condena vehemente de los líderes europeos, que instan al cese inmediato de la agresión rusa.
El extenso bombardeo, que involucró una combinación de 598 drones y 31 misiles, incluidos misiles de crucero y balísticos, ha provocado escombros significativos en la capital ucraniana. Habitaciones de viviendas destrozadas, centros comerciales arrasados y daños a instalaciones civiles han sido documentados, todo lo cual intensifica la preocupación internacional sobre el impacto de estos ataques en la vida cotidiana de los ucranianos. António Costa, presidente del Consejo Europeo, condenó lo ocurrido, afirmando que este ataque deliberado contra la misión de la UE es inaceptable y resaltó que la Unión permanecerá firme al lado de Ucrania en este difícil momento.
Rusia, por su parte, ha admitido su participación en los ataques, argumentando que estos estaban dirigidos a instalaciones militares y aeródromos, al mismo tiempo que rechazó cualquier acusación sobre la afectación a civiles. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, justificó que solo se eligieron objetivos militares, a pesar de las evidencias que indican lo contrario. La Fuerza Aérea de Ucrania reportó haber neutralizado un significativo número de drones y misiles durante el ataque; sin embargo, los impactos en áreas civiles son irrefutables, lo que aumenta la tensión entre Rusia y la comunidad internacional.
Como resultado de estos incidentes, Zelenski exigió sanciones más severas contra Rusia y reiteró la necesidad de una respuesta contundente de la comunidad mundial. En sus declaraciones, enfatizó que el sufrimiento de los niños y civiles inocentes debe ser motivo de una intervención efectiva. Otros líderes europeos, incluido el ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, han expresado que este ataque no puede quedar sin respuesta y han mencionado la posibilidad de utilizar activos rusos congelados para financiar el apoyo a Ucrania. La situación actual refuerza la urgencia de una postura unida de Europa para abordar la creciente crisis y proteger a la población ucraniana.













