Durante la madrugada del 5 de abril, la comuna de Vitacura fue escenario de un accidente de tránsito protagonizado por el exsenador Jorge Pizarro (DC), quien fue sorprendido manejando en estado de ebriedad. El incidente ocurrió alrededor de las 3:00 a.m., cuando su vehículo, un KIA Sorento blanco, colisionó con el portón de una vivienda. El impacto despertó al propietario de la casa, quien al mirar por la ventana se encontró con la vista del automóvil incrustado en su reja, lo que le llevó a llamar rápidamente a los servicios de seguridad municipal. La pronta respuesta del dueño, quien escuchó el estruendo, fue crucial para alertar a las autoridades sobre la situación.
La llegada de Carabineros al lugar evidenció que Pizarro presentaba claras señales de haber consumido alcohol, incluyendo un notorio hálito alcohólico y una marcha inestable. Al interactuar con los efectivos policiales, el exsenador mostró un discurso desorganizado, lo que provocó que los carabineros decidieran someterlo a un alcohotest. Este examen reveló que su nivel de alcohol en sangre era de 1,46 gramos por litro, superando ampliamente el límite permitido. Posteriormente, Pizarro fue detenido y se le realizó un control médico, que desmintió la presencia de lesiones.
En el contexto legal, Jorge Pizarro fue formalizado por el delito de conducción en estado de ebriedad con resultado de daños. La audiencia tuvo lugar en la 37ª Comisaría de Vitacura, donde su abogado defensor, Cristóbal Bonacic, asumió la representación legal del exparlamentario. La justicia dictó un plazo de 60 días para la investigación del caso y, como medida cautelar, se suspendió provisionalmente su licencia de conducir. Este evento pone en tela de juicio la capacidad del exsenador para cumplir con las normas de tránsito, especialmente dado su historial político en la legislación sobre seguridad vial.
La reacción de la Fundación Emilia no se hizo esperar, considerando el historial de Pizarro en relación a la legislación de seguridad en las carreteras. Esta fundación, que busca promover la seguridad vial y reducir los accidentes ocasionados por conductores alcoholizados, criticó la incoherencia del exsenador al no respetar las leyes que él ayudó a crear. En un comunicado oficial, la Fundación enfatizó que «a nada conduce legislar si quienes impulsan las leyes no son capaces de respetarlas», subrayando el descontento por la actitud de Pizarro, quien formó parte activa en la Comisión de Constitución del Senado durante la tramitación de la Ley Emilia.
Este incidente ha reabierto el debate sobre la eficacia de las leyes contra la conducción bajo los efectos del alcohol, y la responsabilidad de quienes han estado a cargo de su formulación. A medida que las investigaciones avancen, los ojos estarán puestos no solo en la situación legal de Jorge Pizarro, sino también en el impacto que este tipo de conductas puede tener sobre la percepción pública respecto a la obligación de los políticos de actuar como modelos a seguir en la materia. La tensión entre las acciones de los legisladores y su aplicación en la vida real se convierte en un tema crítico de discusión en el ámbito de la seguridad vial.














