Un tenso momento se vivió durante la Comisión de Hacienda del Senado cuando el subsecretario de Pesca, Julio Salas, confrontó al presidente de dicha Comisión, Felipe Kast. La discusión giró en torno al Fraccionamiento Pesquero, un proyecto de ley que busca poner fin a la controversial Ley Longueira, cuya implementación ha sido muy criticada por sus efectos negativos en la pesca artesanal. En medio del debate, Salas destacó que la demora en el despacho de la ley impacta económicamente a los involucrados en el sector pesquero, señalando que «alguien gana y alguien pierde en la pesca de este año». Sin embargo, Kast interrumpió de manera abrupta, generando un clima de tensión que reflejó la falta de diálogo entre las partes.
El senador Felipe Kast, visiblemente molesto, reprochó al subsecretario su actitud y cuestionó su derecho a expresar su opinión en la sesión. «Si usted no quiere escuchar al resto, es su problema. Usted no dirige esta sesión, así que encuentro realmente insólito lo que usted está diciendo», exclamó Kast, desatando una ola de críticas sobre su estilo de liderazgo. Tal actitud provocó una defensa inmediata por parte del senador Daniel Núñez, quien logró poner de manifiesto que la intimidación no debería tener cabida en una discusión legislativa, subrayando la importancia de escuchar y respetar a todos los participantes, especialmente en temas que afectan a comunidades enteras.
La situación llevó a Núñez a calificar la reacción de Kast como una demostración de prepotencia. En un comentario posterior, el senador expresó: «Lo que estaba pidiendo el subsecretario es que él respetara las normas del Congreso y la urgencia establecida por el gobierno». Según Núñez, la actitud de Kast refleja una falta de respeto hacia la función legislativa y un intento de acallar a quienes buscan renegociar leyes que han tenido consecuencias devastadoras para los pescadores artesanales. Esta dinámica, argumentó, se ha vuelto recurrente en la Comisión de Hacienda y plantea serias dudas sobre el compromiso del Senado para avanzar en reformas significativas.
Entre las razones expuestas por Núñez para derogar la Ley Longueira, se encuentran sus lazos con la corrupción y el favorecimiento a intereses particulares, como la industria pesquera Corpesca. Este senador de la oposición destacó que el exsenador de la UDI, Jaime Orpís, se benefició directamente a cambio de sobornos. Para los pescadores artesanales, la ley ha resultado en el mantenimiento de una situación de marginalidad y pobreza, que les ha impedido obtener ingresos dignos a partir de su trabajo en el mar. La falta de equidad en la distribución de recursos ha sido señalada como un tema crítico que se debe abordar con urgencia para recuperar la justicia social en el sector.
Finalmente, Núñez concluyó que la Ley Longueira ha contribuido a una producción desmedida de harina de pescado, despriorizando la necesidad de que el pescado llegue a las mesas de las familias chilenas a un precio accesible. Esta situación ha perpetuado un ciclo de pobreza dentro de las comunidades pesqueras, mientras que el acceso a un alimento sano y esencial como el pescado continúa siendo limitado para gran parte de la población. El interés por avanzar en la discusión del Fraccionamiento Pesquero parece resaltar la urgencia de revisar la legislación actual y su impacto sobre los actores más vulnerables del sector pesquero, un tema que fue relegado en la tensa sesión del Senado.














