En medio de una profunda conmoción y dolor, este jueves se celebró el funeral de Esteban Hermosilla Fuentes, el niño de 12 años que perdió la vida el pasado lunes en Recoleta tras ser impactado por un furgón escolar durante una persecución policial. La tragedia ha resonado en toda la comunidad, generando indignación y llamados a la justicia. Esteban, conocido por su alegría y bondad, dejó una marca imborrable en quienes tuvieron la fortuna de conocerlo y su partida ha dejado un vacío difícil de llenar.
Durante la ceremonia, su tío, René Fuentes, con la voz entrecortada y visiblemente afectado, agradeció el masivo apoyo recibido no solo por parte de amigos y familiares, sino también de autoridades y ciudadanos de todo el país. «Agradezco porque hemos tenido el apoyo de todos, de muchas personas. Hemos sentido el amor y el cariño de todos», expresó René, quien no pudo contener las lágrimas mientras recordaba a su sobrino como un «angelito» que fue víctima de la violencia.
El funeral se convirtió en un acto de homenaje donde el féretro de Esteban fue despedido entre aplausos, globos blancos y muestras de cariño de la comunidad. El cortejo fúnebre recorrió simbólicamente las calles de Recoleta, pasando por el lugar del fatídico accidente, el colegio Rafael Sanhueza, y finalmente llegando al Parque del Recuerdo en Huechuraba. Este recorrido fue un reflejo del cariño que la comunidad le tenía y un espacio para honrar su memoria.
La tragedia que ha dejado a Esteban sin vida ha despertado una ola de dolor, pero también ha impulsado a la comunidad educativa a organizar jornadas de contención y reflexión, donde padres, estudiantes y profesores se han unido para compartir su tristeza. En los alrededores del colegio y el lugar del accidente, se han podido ver mensajes, flores y velas, símbolos del luto colectivo y el deseo de justicia que clama la comunidad. «Damos las gracias en nombre de la familia por todo el apoyo, ha sido un consuelo en estos momentos tan difíciles», señaló Fuentes.
El impacto del suceso no se limita solo a la comunidad de Recoleta, sino que ha resonado en todo Chile, generando un sentido de unidad y solidaridad hacia la familia de Esteban Hermosilla. La muerte del niño ha reavivado el debate sobre la seguridad pública y la necesidad de medidas más eficaces para proteger a los ciudadanos, especialmente a los más vulnerables. La esperanza de que su memoria contribuya a cambios significativos en la sociedad es un tema que se ha discutido a lo largo de estos días de duelo.












