A menos de una semana del final del ultimátum emitido por Washington, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha respondido al despliegue de submarinos estadounidenses, destacando la importancia de actuar con prudencia ante las tensiones nucleares. Este comentario surgió tras las declaraciones del expresidente ruso Dmitri Medvédev, que habían generado preocupación en el contexto internacional. Peskov enfatizó que la política exterior de Rusia es definida exclusivamente por el presidente Vladimir Putin y que el país no pretende dejarse arrastrar por la polémica generada por las palabras de Medvédev.
El despliegue de los submarinos por parte del presidente Donald Trump, llevado a cabo el 1 de agosto, fue una respuesta directa a las provocaciones rusas. Peskov indicó que estos submarinos ya están en servicio permanente, y consideró que es esencial mantener un enfoque equilibrado en la retórica nuclear, sugiriendo que las amenazas no son el camino a seguir. El Kremlin subraya la necesidad de un debate razonable que evite caer en extremismos mientras las tensiones geopolíticas continúan en aumento.
A pesar del contexto tenso, el Kremlin ha manifestado que espera una visita del enviado estadounidense, Steve Witkoff, a Moscú, la cual han calificado de “importante y útil”. Esta reunión se presenta como un paso positivo en medio de las negociaciones acerca del conflicto ucraniano, insistiendo en la relevancia del diálogo para alcanzar una resolución pacífica. Peskov destacó que Estados Unidos sigue desempeñando un papel mediador, lo cual es vital en el marco de las conversaciones directas que se están llevando a cabo entre Rusia y Ucrania.
Dmitri Peskov también hizo hincapié en que, aunque las conversaciones están activas, una posible reunión entre el presidente ruso Vladimir Putin y su homólogo ucraniano Volodímir Zelensky dependerá de que los expertos completen los preparativos necesarios. Aún no se han culminado estos preparativos, lo que limita la posibilidad de un encuentro inminente. El portavoz del Kremlin expresó que seguirán comprometidos con una solución política y diplomática al problema ucraniano, confiando en que se den los pasos necesarios para facilitar dicho encuentro.
La situación se presenta como un delicado entramado de relaciones internacionales donde la prudencia y el diálogo son más necesarios que nunca. Con la tensión en aumento y las fuerzas nucleares mostrando su presencia, tanto Estados Unidos como Rusia deberán evaluar cuidadosamente sus estrategias para evitar un deterioro en sus relaciones. La espera por el desenlace de las conversaciones y el futuro encuentro entre los líderes sigue siendo incierta, pero el Kremlin se muestra dispuesto a mantener la vía del diálogo como prioridad en su política exterior.













