La presidenta de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), Solange Berstein, salió en defensa de la reciente normativa que aborda el cálculo del pago mínimo en tarjetas de crédito, frente a las críticas planteadas por el sector bancario y el retail financiero. Según Berstein, dicha normativa fomenta una mayor transparencia y una mejor gestión del riesgo de crédito, además de reducir la carga financiera sobre los usuarios. «El pago mínimo es una política que genera menor carga, mayor transparencia y una mejor gestión del riesgo de crédito de las instituciones financieras, y mayor conciencia de las personas de en qué condiciones están asumiendo una deuda,» afirmó durante un encuentro con los medios de comunicación. La implementación gradual de esta medida busca corregir prácticas perjudiciales que han perjudicado a los consumidores en el pasado, promoviendo un uso más responsable de las tarjetas de crédito.
Berstein explicó que uno de los problemas más críticos que busca abordar la CMF es el traspaso automático de cuotas con tasas de interés altas cuando los usuarios solo realizan pagos mínimos. Este fenómeno afecta a muchas personas que al abonar un mínimo de $3.000 pueden inconscientemente ver que sus cuotas de $50.000 se convierten en deuda rotativa con intereses elevados. La presidenta de la CMF destacó que es crucial que los consumidores sean más conscientes de cómo funciona su deuda y que, bajo esta nueva fórmula, se espera que haya una mejor claridad en la forma en que se manejan las cuotas y los intereses. «La finalidad es asegurar que las personas entiendan mejor los términos de su deuda y para que los emisores puedan gestionar el riesgo de manera más efectiva,» manifestó.
Frente a las preocupaciones sobre un posible aumento en la morosidad como consecuencia de esta nueva normativa, Berstein aseguró que no se trata de un efecto automático, sino que depende de cómo las entidades financieras definan sus contratos. Indicó que, si bien la normativa cambia la forma de calcular los pagos mínimos, corresponde a cada institución establecer las condiciones específicas bajo las cuales sus clientes asumen sus deudas. Esto implica que podría haber opciones para que las entidades ofrezcan formas más flexibles y menos costosas de manejar las deudas, como traspasos a otras modalidades crediticias sin grandes intereses.
Otro tema relevante que abordó Berstein fue la reciente Ley Fintech que regula a las instituciones que ofrecen diversos servicios financieros, donde la CMF ha recibido un total de 372 solicitudes de autorización. La presidenta reconoció que actualmente no existe un registro público que informe sobre las entidades que están en proceso de autorización, lo que genera inquietud entre los consumidores. Berstein expresó la necesidad de mejorar la comunicación y la transparencia al respecto, enfatizando la importancia de educar al público para que pueda diferenciar entre entidades autorizadas y aquellas que operan en la informalidad, lo que podría prevenir fraudes y confusiones.
Finalmente, la presidenta de la CMF también se refirió a las multas impuestas a instituciones financieras por no consultar adecuadamente el Registro de Deudores de Pensiones de Alimentos al momento de otorgar créditos. A pesar de las excusas presentadas por algunos sectores acerca de fallos en los sistemas de consulta, Berstein insistió en que las entidades tienen la responsabilidad de cumplir con la ley. Su comentario subraya la necesidad de que las instituciones evalúen otros métodos de verificación ante cualquier fallo técnico, destacando el compromiso del regulador de garantizar el cumplimiento normativo en el sector financiero.














