En un acto decisivo para el desarrollo turístico de la región de Chiloé, la comunidad indígena Pehuenche Newen Mapu de Ancud ha dado un paso significativo al desafectar voluntariamente 113 hectáreas de su solicitud de Espacio Costero Marino de Pueblos Originarios (ECMPO). Este gesto permitirá la construcción de un terminal de cruceros en Lechagua, marcando un avance en la gobernanza colaborativa y el diálogo entre comunidades indígenas y autoridades locales. Este acuerdo fue ratificado por unanimidad durante la primera sesión del año 2025 de la Comisión Regional de Uso del Borde Costero (CRUBC), en un contexto donde el 80% de las solicitudes indígenas fueron rechazadas en el pasado bajo presiones políticas y económicas, lo que hace resaltar la importancia del consenso alcanzado por la comunidad mapuche williche.
Olaya Huenchor, representante de la comunidad Pehuenche Newen Mapu, expresó la relevancia de este acuerdo, planteando que este hito debería disolver los malentendidos que rodean a las comunidades indígenas y sus derechos sobre el territorio marino. En sus declaraciones, Huenchor enfatizó la disposición de la comunidad a dialogar y colaborar en proyectos que beneficien a todos, alejándose de las malas prácticas de algunos actores políticos que asumen erróneamente que los pueblos originarios buscan apropiarse de los recursos marítimos. Esta postura resuena con las preocupaciones de varias comunidades en Chiloé frente a la desinformación que vincula los ECMPO con el estancamiento del desarrollo económico, al contrario, promoviendo una visión de trabajo conjunto y sostenido.
El alcalde de Ancud, Andrés Ojeda, subrayó la trascendencia de este acuerdo, considerándolo un hito para el desarrollo del archipiélago y la región de Los Lagos en general. Durante su intervención, Ojeda destacó que sin la disposición de la comunidad indígena a desafectar parte de su solicitud, el proyecto del terminal de pasajeros de cruceros no habría sido posible. Además, hizo hincapié en la colaboración entre pescadores y comunidades cercanas, sugiriendo que esta unión es esencial para el manejo sustentable de los recursos marinos, el uso compartido del territorio y el futuro de la economía local impulsada por el turismo.
El gobernador regional, Alejandro Santana, se mostró positivo ante el consenso logrado entre la comunidad indígena y el municipio. Santana hizo énfasis en la importancia del diálogo y la necesidad de construir una infraestructura que no solo beneficie a Chiloé, sino que lo ubique en el mapa turístico nacional e internacional. Su declaración reforzó la idea de que el éxito de esta iniciativa depende de la capacidad de los diferentes actores a trabajar juntos, sin dejarse llevar por divisiones que podrían perjudicar el interés general de la región. La visión de una Chiloé próspera y en continuo desarrollo fue un tema recurrente de su discurso.
Finalmente, el apoyo técnico del Centro de Estudio y Conservación del Patrimonio Natural (CECPAN) fue crucial para alcanzar este acuerdo, según lo manifestado por Felipe Miranda, encargado del programa de conservación biocultural. Miranda resaltó cómo este acto de renuncia voluntaria por parte de la comunidad marca un precedente en la gobernanza marina costera y el manejo de los espacios costeros. Con el respaldo de la CRUBC, el terminal de Ancud ahora inicia su fase de estudios definitivos, mientras la comunidad mapuche williche espera que su acto de buena fe sirva como un modelo para futuras interacciones y acuerdos en la gestión del borde costero.














