El pasado 11 de abril, la División de Adquisiciones del Ejército de Chile (Divae) anunció la suspensión de la compra de 173 camiones Tipo A de la reconocida marca Mercedes Benz, representada en el país por Comercial Kauffman. Esta decisión, que involucra una inversión de más de 45 millones de dólares, se tomó en medio de un clima de controversia tras recibir reclamos de las empresas competidoras Salfa y Tata. Ambas compañías alegaron que presentaron propuestas más atractivas tanto en términos de costo como de tiempo de entrega, lo que desató preocupaciones respecto a la transparencia del proceso de licitación.
Los reclamos formulados por Salfa y Tata se basaron en la premisa de que fueron excluidas del proceso de forma injusta debido a errores administrativos que ellos consideraron menores y no excluyentes. En este contexto, las empresas han insinuado que hay un posible intento de favorecer a Mercedes Benz, lo que podría consolidar su posición como proveedor exclusivo del Ejército. La licitación es parte de la segunda fase del ambicioso proyecto Alfil, que busca modernizar la flota del Ejército con la adquisición de 373 camiones de diferentes categorías, por un presupuesto total superior a los 98 millones de dólares.
En el caso específico de los camiones Tipo A, la propuesta de Salfa fue la única que pasó satisfactoriamente las exigentes pruebas técnicas, además de ser 27,000 dólares más barata que la presentada por Kauffman. Sin embargo, Salfa enfrentó la inesperada descalificación debido a que presentó un certificado de vigencia de poderes que no se ajustaba a los requisitos establecidos en las bases de la licitación. Estos aspectos han reavivado el debate sobre la rigurosidad de los criterios de evaluación utilizados por la Divae en esta licitación.
De igual manera, Tata fue la única compañía cuyo modelo de camiones medianos cumplió con los requisitos técnicos necesarios. Sin embargo, su oferta fue desestimada por no presentar la traducción oficial de documentos que estaban en inglés, así como por no adjuntar el certificado de vigencia requerido. La situación se complica aún más dado que el modelo Unimog 4000 de Mercedes Benz, que competía en esta categoría, fracasó en la prueba operacional al no poder transportar la carga útil estipulada, un hecho que cuestiona su idoneidad y plantea dudas sobre la seriedad del proceso de selección.
Como resultado de la anulación de las propuestas de Salfa y Tata, la licitación para los camiones medianos fue declarada desierta, lo que llevó al Ejército a gestionar un oficio dirigido al Ministerio de Defensa Nacional para solicitar el inicio de un nuevo proceso de adquisición. Mientras tanto, el recurso presentado por Tata sigue a la espera de resolución, lo que genera una expectativa considerable sobre el desenlace de esta controversia en un contexto donde se busca una modernización efectiva de la flota del Ejército chileno.