Evelyn Matthei, presidente de la Unión Demócrata Independiente (UDI), ha elegido al exdiputado Diego Paulsen, destacado militante de Renovación Nacional (RN) y expresidente de la Cámara Baja, como su generalísimo para liderar su campaña presidencial. Esta decisión pondrá a Paulsen en una posición clave para ayudar a Matthei en un momento crucial de su carrera política, ya que ambos han reactivado su relación política tras un encuentro en La Araucanía en septiembre pasado. La elección de Paulsen no es casual, ya que su trayectoria y capacidades para generar consenso dentro de RN lo convierten en el candidato ideal para ocupar este rol estratégico, de gran relevancia en un escenario electoral incierto.
La reciente actividad del exparlamentario, quien había estado absorbiendo compromisos en el sector privado, ha despertado sospechas de una inevitable vuelta a la política. En las últimas semanas, Paulsen ha renunciado a varios directorios y ha pausado proyectos personales, lo que indica su disposición a poner su experiencia al servicio de Matthei. Generar unidad entre los diversos grupos de la coalición es una tarea complicada, ya que la campaña de la exalcaldesa ha enfrentado numerosos cuestionamientos internos y críticas en relación a errores comunicacionales, entre ellos un anuncio fallido sobre primarias que ha dejado a muchos en la incertidumbre.
La llegada de Paulsen al equipo de Matthei se espera que aporte no solo en términos operativos, sino que también su figura se proyectará como un vocero, operador político y supervisor del despliegue territorial de la campaña. Con un partido en crisis de liderazgo y con varias voces disidentes, la misión de Paulsen será crucial: deberá alinear a parlamentarios y alcaldes que han optado por mantenerse al margen, y buscar que el mensaje de unidad que intenta proyectar la campaña realmente se concrete. En este sentido, el rol de Paulsen trasciende lo meramente administrativo; debe convertirse en un líder que inspire confianza tanto dentro como fuera de la coalición.
El desafío de Paulsen no solo consiste en ejecutar una estrategia de campaña, sino también en enfrentar la percepción de desgaste que enfrenta la UDI y su coalición, Chile Vamos. La figura de Matthei ha sido objeto de críticas, y su reciente giro en la comunicación política, en especial sus declaraciones en torno al golpe de Estado, han desatado polémicas que podrían afectar el apoyo popular. Por ello, se espera que Paulsen logre gestionar estas críticas y contribuya a restaurar la imagen de la candidata presidencial, algo que será vital para aspirar a una victoria en las urnas.
Este jueves se espera que Diego Paulsen haga su anuncio oficial sobre su incorporación al equipo de Matthei, un momento que, sin duda, marcará el rumbo de la campaña hacia las elecciones. Sin embargo, su verdadero desafío comenzará cuando deba asumir un rol que va mucho más allá de lealtades partidarias; se requiere de su capacidad para ejercer liderazgo, credibilidad y astucia política. En un contexto donde no todos los miembros de la coalición reconocen estas cualidades en él, Paulsen tendrá que demostrar que es capaz de unir y movilizar a un partido que, a día de hoy, se ha mostrado dividido y desconfiado.














