Siete comunidades mapuche del sector Colico en Carahue, en la región de Araucanía, han alzado la voz contra el paso de camiones de tres empresas forestales que circulan por un camino comunitario, el cual se encuentra en condiciones precarias. De acuerdo a un informe de Canal UATV, este camino, que solo tiene un «asfalto básico», es capaz de soportar un máximo de 20 toneladas, mientras que los camiones que transitan por él cargan entre 45 y 50 toneladas. «Son 50 camiones diarios destruyendo nuestro territorio», declaró un dirigente local en la protesta, quien solicitó la intervención inmediata de los ministerios de Medio Ambiente y Agricultura para frenar este problema que afecta a las comunidades mapuche.
Las comunidades mapuche de Carahue están buscando el diálogo con los representantes de las empresas forestales para abordar esta conflictiva situación. A través de Canal 3 de Nueva Imperial, se informó que los líderes comunitarios quieren reunirse con el propietario de una de las empresas involucradas, con la esperanza de alcanzar un acuerdo que permita el uso de caminos alternativos como solución al daño que están provocando en su territorio. «Queremos acuerdos como los que logramos con otras forestales», indicaron, mostrando disposición a dialogar y a encontrar soluciones sustentables que respeten sus derechos.
En un caso paralelo, en la región del Biobío, el Lof Likankura de Mulchén ha denunciado bloqueos de acceso por parte de las empresas Forestal Mininco y Besalco, quienes presuntamente han cerrado caminos con troncos y zanjas. Esta situación ha generado que los niños de la comunidad no puedan llegar a la escuela, lo que plantea un grave problema para la educación y el bienestar de los jóvenes. Según reportes de Radio Kurruf, la comunidad ha expresado su preocupación por estas medidas restrictivas que buscan aislar a la población mapuche, limitando su libre tránsito y comunicación.
Además, el Lof Likankura ha denunciado que empleados de estas empresas han violado normas espirituales mapuche al fotografiar sin consentimiento a una joven que se prepara para convertirse en machi, lo que ha despertado una ola de indignación en su comunidad. Este hecho resalta la falta de respeto y la vulneración de derechos que sufren las comunidades indígenas por parte de la industria forestal, que a menudo actúa sin considerar la cultura y las prácticas ancestrales de los pueblos originarios.
Ambos casos son reflejos del impacto negativo que la industria forestal tiene en las comunidades rurales de Chile. En Carahue, las comunidades están demandando al Estado una fiscalización más rigurosa sobre el peso de los camiones que transitan por sus territorios, mientras que en Mulchén exigen acciones y sanciones contundentes por los bloqueos que han sufrido. Estos conflictos ponen de relieve la necesidad de un diálogo abierto y fructífero entre las empresas forestales, el Estado y las comunidades mapuche, con el fin de encontrar soluciones que respeten los derechos y los territorios indígenas.














