El Fiscal Nacional, Ángel Valencia, ha abordado la delicada investigación en curso relacionada con el trágico fallecimiento de dos jóvenes aficionados del club Colo-Colo. Durante una entrevista con Radio Infinita, Valencia no solo se centró en las circunstancias de los hechos, sino que también exploró la preocupante posibilidad de que los líderes de las barras bravas del fútbol puedan tener conexiones con ciertos dirigentes de los clubes, así como con organizaciones criminales. El fiscal enfatizó que, «antes que criminalizar la organización de una barra, es preferible distinguir lo que hemos podido discernir a través de investigaciones, ya que dentro de estas barras hay sujetos que básicamente se dedican a traficar drogas y vender artículos robados».
En sus declaraciones, Valencia sugirió que el apoyo al equipo por parte de ciertos elementos de estas barras pueda ser un mero pretexto, detrás del cual se esconde una organización que opera como una estrategia comercial. Afirmó que, «lamentablemente, las barras están compuestas por pequeños grupos que poseen un origen territorial, y su dominio se mantiene a través de la violencia». Esta afirmación revela una intrincada realidad, donde la pasión por el fútbol podría estar, en algunos casos, subordinada a actividades delictivas, lo que plantea serios interrogantes sobre la integridad de estas organizaciones y su impacto en la comunidad.
La controversia también se ha intensificado tras la reciente filtración de un documento reservado de Carabineros, que fue publicado por el medio digital Ciper. Este documento sugiere que los hinchas fallecidos fueron atropellados directamente por un carro policial. Valencia consideró que la investigación debe ser «prolija e imparcial», subrayando que la información disponible proviene de múltiples fuentes que pueden resultar confusas y contradictorias. En este contexto, destacó la importancia de evitar decisiones apresuradas basadas en información incompleta o errónea.
El fiscal indicó que, tras la investigación exhaustiva de los hechos, se podrá determinar quiénes son los responsables legales y si existe algún tipo de responsabilidad penal. Esta postura cautelosa es fundamental en un caso donde las emociones son intensas y la búsqueda de justicia es prioritaria. En su análisis, Valencia recordó el caso de Pío Nono, donde un testimonio inicial resultó ser erróneo. Esta comparación subraya la necesidad de un enfoque metódico y basado en evidencias para garantizar que las conclusiones sean justas y precisas.
Finalmente, la situación en torno a la muerte de los jóvenes hinchas de Colo-Colo no solo plantea cuestiones sobre la seguridad en eventos deportivos, sino también sobre las conexiones entre el deporte, la criminalidad y la gestión de las barras. El llamado de Valencia a una investigación cuidadosa y a la búsqueda de la verdad es clave para restaurar la confianza tanto en las instituciones deportivas como en las fuerzas del orden público. La sociedad espera respuestas claras y sanciones apropiadas para evitar que tragedias como esta se repitan en el futuro.














